¿Mujer virtuosa quién hallará? - Parashá Matot-Masei

La parashá Matot-Masei (Números 30:2-36:13) nos habla acerca de los votos de las mujeres hacia el Eterno y la cobertura que tienen dependiendo de la etapa en la que se contraigan; también encontramos el relato de la guerra contra Madián, la repartición del botín y finalmente se presenta la solicitud que las tribus de Reuven (Rubén) y Gad hacen a Moshé (Moisés) para quedarse en la tierra de Guilad (Galaad) al lado oriental de Yarden (Jordán) argumentando que estas tierras son aptas para el ganado que estas poseían en gran cantidad, Moshé direcciona la reflexión a sus consecuencias, después de lo cual ambas tribus hacen la promesa al Eterno de acompañar al resto del pueblo en la conquista de la tierra al lado occidental del Yarden (Jordán).
Esta es una parashá en la cual podemos encontrar varias reflexiones y enseñanzas para alimentar nuestro espíritu y alma, en este artículo queremos citar brevemente al menos tres de ellas: La primera hace referencia a que debemos tener cuidado y sabiduría cuando hacemos las promesas a nuestro creador como nos aconsejó el rey Salomón hace muchos siglos atrás: "No te apresures, ni con la boca ni con la mente, a proferir ante Dios palabra alguna; él está en el cielo y tú estás en la tierra. Mide, pues, tus palabras. "[Eclesiastés 5:2]. Si bien en la parashá se refiere a las promesas hechas por las mujeres, específicamente respecto a cuándo tienen validez estas o no, también nos hace un llamado a todos, hombres y mujeres, a ser prudentes antes de abrir nuestras bocas, en el pueblo judío esto es llamado como la habilidad de poder "ver el futuro", invitándonos a desarrollar la habilidad de primero pensar en las consecuencias futuras de lo que vamos a decir, en ser sabios no solo en lo que prometemos y decimos al creador sino también a nuestros semejantes porque las consecuencias son inevitables.
La segunda reflexión o enseñanza que queremos mencionar tal vez siendo para nosotros la de más alta prioridad es la importancia de la mujer virtuosa en los planes del Eterno, pues podemos ver como El Eterno por medio de Moshé (Moisés) da la orden de muerte contra todas las mujeres Madianitas diciendo: "¿Cómo es que dejaron con vida a las mujeres? -les preguntó-. ¡Si fueron ellas las que, aconsejadas por Balán, hicieron que los israelitas traicionaran al Señor en Baal Peor! Por eso murieron tantos del pueblo del Señor." (Números 31:15-16). Resaltamos:" ¡Si fueron ellas las que, aconsejadas por Balán, hicieron que los israelitas traicionaran al Señor en Baal Peor! Por eso murieron tantos del pueblo del Señor", aquí en este versículo podemos ver que estas mujeres de virtuosas no tenían mucho, sus corazones estaban lejos de ser sabios y muy probablemente sus esposos no confiaban plenamente en ellas. Aquí debemos traer a colación el rol que El Eterno nos ha otorgado a todas las mujeres, fuimos creadas para ser ayuda contraria (Para bien) de los Varones, para ser bendición en sus vidas y no maldición, llamadas a ser murallas de protección de nuestros hogares: "Una muralla soy yo, y mis pechos, sus dos torres, Por eso a los ojos de mi amado soy como quien ha hallado la paz." (Cant 8:10). En esta porción de la parashá encontramos el llamado a todas las mujeres a ser sabias, a ser esa mujer virtuosa de la que habla el rey Salomón en Proverbios 31 y que recitamos en nuestros hogares cada apertura de Shabat, siempre teniendo en primer lugar temor de Adonay (Señor) en nuestros corazones, doblegándonos y rindiéndonos ante sus pies. También esta porción enseña a los varones a ser cuidadosos en la elección de sus esposas y la importancia de esta elección pues estas pueden ser su bendición o su perdición. En el libro de los proverbios, el rey Salomón dedicó muchos versículos advirtiéndole a su hijo la importancia y la criticidad de tomar la sabia decisión de seleccionar a una mujer virtuosa como esposa, por lo tanto, Varones no pasen por alto este consejo.
La tercera enseñanza o reflexión que extraemos de esta parashá puede resumirse en la importancia de la lealtad, aquí las tribus de Reuven (Rubén) y Gad solicitan quedarse en la tierra de Guilad (Galad) al oriente del Yarden (Jordán), argumentando que esta tierra era apta para el ganado que poseían. "Las tribus de Rubén y Gad, que tenían mucho ganado, se dieron cuenta de que las tierras de Jazer y Galaad eran apropiadas para la ganadería." [Números 32:1). Aquí Moshé (Moisés) les hace un llamado de atención recordándoles que con esa actitud podrían desanimar a sus tribus hermanas tal y como sucedió con los espías lo que le costó a una generación completa la NO entrada a la tierra prometida. Después de esta reflexión y a pesar de sacar a flote su amor por las cosas materiales y no querer aceptar su heredad al otro del Yarden (Jordán), ambas tribus toman la decisión correcta de acompañar a sus tribus hermanas en la conquista de la tierra, El Señor acepta y respalda esta actitud mediante las palabras de Moshé (Moisés): "Moisés les contestó: ―Si están dispuestos a hacerlo así, tomen las armas y marchen al combate. Crucen con sus armas el Jordán, y con la ayuda del Señor luchen hasta que él haya quitado del camino a sus enemigos. Cuando a su paso el Señor haya sometido la tierra, entonces podrán ustedes regresar a casa, pues habrán cumplido con su deber hacia el Señor y hacia Israel. Y con la aprobación del Señor esta tierra será de ustedes" [Números: 32:20-22].
La invitación querido lector es a que procuremos ser hombres y mujeres que "podamos ver el futuro", poniendo en práctica la sabiduría del Señor tomando decisiones para bendición, porque teniendo temor del Eterno en nuestros corazones tendremos la valentía de llegar a ser hombres leales a pesar de nuestras imperfecciones.
¡Que así sea en nuestras vidas! ¡Amen!
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